San Valentín está enterrado en….¡Dublín!
Así es, amig@s mí@s…
No me estoy volviendo loco en este 14 de febrero. Simplemente quiero dejaros una curiosa anécdota referente a este santo.
Al parecer, los Carmelitas llegan a Dublín en el siglo XIII. La Iglesia más conocida de esta orden religiosa en Irlanda, en la que aún quedan 17 religiosos conviviendo en el monasterio adyacente, data del siglo XIX.
La historia nos cuenta que un miembro de esta comunidad, el Padre John Spratt, visitó Roma en 1835. Al parecer sus habilidades como orador eran absolutamente extraordinarias; tanto,de hecho, que encandiló al propio Papa Gregorio XVI. Éste quedó tan impresionado con el religioso irlandés que decidió regalarle como presente el cuerpo de San Valentín, que descansaba en el cementerio de San Hipólito de Roma.
Esta escena me hace recordar el típico programa de televisión en el cual el concursante debe elegir entre la puerta número 1, la 2, la 3 o la caja secreta como premio… Y obviamente elige la caja, donde espera encontrar las llaves de un apartamento en Marbella.
Dicho esto… Lo cierto es que si visitáis la Iglesia Carmelita de Whitefriar Street podréis ver una vitrina en la cual yacen los restos del supuesto San Valentín (al parecer hubo 3 mártires de la Iglesia católica con el mismo nombre). Pero aquí vuelvo recurrir a la frase: “No dejes que la verdad estropee una buena historia”… así que si lo deseáis, podéis acudir a la Iglesia y firmar en el libro adjunto al santo para pedirle que os traiga pareja o para pedirle que cuide de vuestro amor (para gustos y creencias, cada uno es libre de hacer lo que quiera!).
¡Espero que os haya gustado la anécdota del día!
Y si deseáis conocer más sobre Irlanda y sobre Dublín no dudéis en seguirme en las redes…